martes, 25 de diciembre de 2012

ALIMENTOS TRANSGÉNICOS NO SERÍAN UNA SOLUCIÓN AL HAMBRE MUNDIAL


La bióloga y directora de Fundación Sociedades Sustentables (FSS), María Isabel Manzur, se refirió al alcance que tienen los OGMs y sus discutidos efectos en la salud de las personas, así como también la realidad a nivel nacional; apelando a la importancia de una adecuada información por parte del consumidor, como el necesario establecimiento de un correcto etiquetado.
Si alguien se ha dedicado al tema de los transgénicos en Chile, esa persona es María Isabel Manzur. Ella esBachiller y Licenciada en Ciencias Biológicas de la Universidad Católica y Doctora en Zoología de la Universidad de Liverpool, Inglaterra; además de coordinadora de programas de la Fundación Sociedades Sustentables; experta en Biodiversidad y Organismos Transgénicos y Recursos Genéticos.  Es por esto que en esta ocasión conversamos con ella sobre los organismos genéticamente modificados y sus alcances tanto para el medioambiente, como para la salud de las personas, así como también todo aquello que aún falta por hacer en Chile desde el punto de vista regulatorio y de información.
Para esta conversación María Isabel nos recibe en su oficina en el Instituto del Medio Ambiente (IDMA) e inicia el diálogo explicando qué son los Alimentos Transgénicos y sus posibles efectos en la salud de las personas: “Los transgénicos son organismos genéticamente modificados desde sus inicios, a través de una modificación genética de su ADN. Eso significa que son distintos a los alimentos convencionales. Un alimento transgénico o modificado genéticamente tiene otras propiedades nutritivas que los convencionales, además de  estar siendo rociados con muchos herbicidas. Algunos de los transgénicos están diseñados para resistir los tóxicos y no mueran ellos, sino la maleza; llegando a tener  4 ó 5 veces más de agroquímicos que un cultivo común y corriente convencional”.
¿Cuáles son los impactos para la salud?
Por diseño, los transgénicos tienen genes adicionados de otras especies, lo que los hace distintos a los comunes. Y eso no se informa. Esto puede generar proteínas diferentes que pueden ser alergénicas. Eso se ha demostrado en arvejas mezcladas con porotos y en maíces también.
En segundo lugar, están rociados con muchos químicos que pueden tener un impacto negativo en la salud. De hecho, la soya transgénica está rociada 4 a 5 veces más que la soya convencional. Por lo tanto, cuando uno come un poroto de soya transgénico, está ingiriendo también herbicidas. Entre ellos, el glifosato que tiene daños comprobados por estudios científicos a la salud humana; en el ADN, en las hormonas reproductivas de las personas, mata las células humanas, causa cáncer, entre otros.
¿Cuáles serían los daños al medio ambiente?
Si tenemos un maíz que está liberado en el  medio ambiente, ese maíz emite polen que contamina a otros maíces convencionales. El polen fertiliza a la flor de un maíz convencional y produce granos transgénicos. Y esto ocurre para todos los vegetales.
Si una persona come este maíz, puede darle alergia, porque estamos comiendo toxinas. El grano del maíz tiene pesticida incorporado, por eso los transgénicos están causando efectos tóxicos. Si alimentas con maíz transgénico a ratitas, con papas o soya transgénica, las ratitas empiezan a dañarse el hígado y los riñones, que son los órganos detoxificadores. Las ratitas empiezan a morir, viven menos, empiezan a presentar un sistema inmunológico deprimido. Hay muchos estudios. Ese es el problema, sí, en las ratitas; pero los seres humanos son distintos. Tenemos que hacer estudios en los seres humanos entonces, porque no los hemos hecho. Mientras tanto, etiquetemos los OGM. Todo el mundo tiene derecho al etiquetado.
A su juicio ¿es necesario establecer un correcto etiquetado entonces?
Hagamos estudios primero y etiquetémoslos. Porque si yo veo que la ratita se está muriendo, yo no voy a
querer comer transgénicos. Entonces, porqué no me dan el derecho a escoger. Si es mucha la controversia, yo examinaría la evidencia y luego establecería los mecanismos para después poder decidir. Las personas debieran contar con la suficiente información, como para poder elegir. Eso está establecido en la ley del consumidor, el derecho a tener una información veraz y oportuna de los productos que estoy consumiendo.

¿Producimos en Chile alimentos transgénicos, qué es lo que estamos produciendo?
Alimentos transgénicos, no. Si semillas para exportación. Nosotros importamos las semillas transgénicas, las multiplicamos en el país y luego exportamos estas semillas. Por ley no comemos lo que estamos produciendo.
¿De dónde comemos alimentos transgénicos entonces?
De aquellos países que están exportado, como Argentina y Estados Unidos. Cien por ciento de la soya argentina es transgénica; 75 por ciento del maíz o más, también. Los alimentos transgénicos que estamos comiendo en nuestro país son aquellos importados y de los cuales se elaboran  alimentos manufacturados; como leche, carne y aceite de soya; harina y aceite de maíz, aceite de canola o de raps, cornflakes, todo aquello que tenga soya, maíz, raps o canola. Como estos alimentos no están etiquetados, existe una gran probabilidad que sean transgénicos. Como no están etiquetados, nadie ha dicho qué son. Pero uno ya sabe de donde vienen, la referencia, entonces pueden contener transgénicos.

¿Debiéramos preocuparnos entonces del origen de los alimentos que comemos?
Pero no te lo van a decir. Si tu tienes un aceite, no vas a leer en la etiqueta aceite de maíz elaborado con maíz de Argentina, eso no lo va a decir. Va a decir elaborado en Chile, pero ¿de dónde sacan el maíz? No se sabe. Entonces, si es de maíz chileno, probablemente no es transgénico, porque no estamos consumiendo lo que producimos. Pero si es de Argentina o Estados  Unidos, si. Entonces, no sabemos. Lo que sí sabemos es que todo aquello derivado del maíz, soya, raps o canola, pueden tener transgénicos, con alta probabilidad. De hecho, el Servicio Nacional del Consumidor, en 2001, fue a los supermercados y de 40 productos que sacó y que contenían soya o lecitina de soya, 22 de ellos contenían transgénicos, en hamburguesas, vienesas, galletas. Y hay otras listas también. Esto demuestra que en Chile se está comiendo transgénicos, por revista del Sernac, no de nosotros. Significa que se está importando soya transgénica y se están elaborando alimentos industrializados a partir de ellos.
¿Qué puede hacer una persona que no quiere comer transgénicos entonces?
Se va a ir a la feria y ahí va a encontrara choclos. ¿Son transgénicos esos choclos? Por ley no. No podemos comer lo que producimos, pero por contaminación, podría.
¿Cómo se explica eso?
Fuimos en 2008 a la Sexta Región, que es la segunda región con más liberación de transgénicos en Chile. Siembran transgénicos en el campo. Y ellos tienen mucha superficie de transgénicos. Fuimos  y medimos en predios con maíz convencional, sacamos treinta muestras y de esas, cuatro contenían transgénicos que venían de las semilleras transgénicas de los alrededores. Esa fue la proporción que obtuvimos; cuatro de treinta, que corresponde al 13,3 por ciento. Podría decirse, sin certeza tampoco, a partir de este único estudio que hay, que 13 por ciento de los choclos en el mercado podrían ser transgénicos.
Ahora, Greenpeace también fue en 2005 y midió. Fueron a comprar semillas de maíz convencional, listo para sembrar. Las examinaron y tenían contenido transgénico. Había granos transgénicos. Qué significa, que un señor va a sembrar un predio de maíz convencional y hay maíz que es transgénico, porque la semilla era transgénica. Van a emitir polen y van a contaminar también los choclos, porque los choclos no son examinados por el Servicio Agrícola y Ganadero, porque los maíces transgénicos, soyas, canolas y raps, pasan por el SAG que les impone medidas de bioseguridad; deben tener ciertas distancias, mallas, alguna cosa que permita disminuir la posibilidad de contaminación y que en la práctica no la disminuye. El SAG sabe de eso, tienen medidas, pero eso no entrega ninguna seguridad.
¿Están demostrados los daños que producen los OGM en la salud de las personas?
En ratas. Hay tres estudios en seres humanos que yo conozco. Uno es de una persona que se dedicó a comer soya transgénica mezclada con nuez . A esta  persona le dio alergia la nuez. Pueden causar alergias si están mezcladas con alimentos que causan alergias. En Filipinas e India, gente que vivía cerca de maíces transgénicos, que emitían polen transgénico, venenoso, sufrieron de una alergia feroz, por sólo respirar el polen transgénico, con toxinas. En tercer lugar, hay un estudio de mujeres embarazadas a las que se les hizo examen de sangre y ellas contenían en su sangre proteína proveniente de la toxina de los maíces transgénicos, que causa la muerte de los insectos. Ellas tenían esa toxina en su flujo sanguíneo y se la pasaban a sus guaguas. No detoxificamos suficientemente. Era la toxina del Bt. Hay un estudio reciente de Seralini que ha sido cuestionado por todo el mundo, pero él le dio maíz con herbicida a las ratitas y ellas generaron grandes tumores.
¿Por qué se cuestionó ese estudio?
Lo hacen siempre. Cuando aparece un estudio que a alguien no le conviene, lo mandan a examinar por múltiples aspectos; que la metodología no está bien, que no son válidos los resultados y así están cuestionando al doctor Seralini y a todos los científicos que producen información contraria a los transgénicos, a los intereses de las compañías biotecnológicas. Cuestionan sus estudios, hay pocos estudios independientes.
¿Ya no hay vuelta atrás con los transgénicos?
Vuelta atrás hay si se limpiaran los predios después de contaminarse, habría que hacer una limpieza general en los países y empezar con semillas conocidas no transgénicas.
¿Los fuertes intereses económicos hacen que esto sea tan difícil de lograr?
Exactamente, intereses económicos de millones de dólares, en venta de semillas y de granos que están impidiendo que pare, a pesar de todas las evidencias.
¿Cuál es la situación en Europa?
Ellos no quieren transgénicos, tienen todo etiquetado, no comen alimentos transgénicos y si comen, comerán un mínimo. Los transgénicos son parte de la comida chatarra, porque tiene muchos químicos, ingredientes modificados genéticamente.
¿Podrían tener algún beneficio?
Sería bueno referirnos a por qué existen cultivos transgénicos en el mundo y por qué se han expandido. Hay 160 millones de hectáreas  de estos cultivos en el mundo al 2011, distribuidas mayoritariamente en; Estados Unidos, Canadá, Argentina, India, Brasil.
Este es un sistema que profundiza la revolución verde, que vino el año 50 a decirle a los agricultores que su sistema agrícola estaba malo y que para producir más tenían que usar maquinaria agrícola, tenían que pagar, usar semillas híbridas, aplicar pesticidas y fertilizantes químicos. Es decir la modernidad al campo. La semilla híbrida, el riego y los químicos ayudaron de alguna manera a aumentar los rendimientos. Ahora, ya no se puede cultivar más. Los cultivos no pueden rendir más de lo que rinden. Pero por qué esto se profundiza con este sistema. Porque agricultores de países que tienen mucha superficie agrícola como Brasil, Argentina, Estados Unidos y que pierden la mirada con la soya transgénica, a ellos les conviene este modelito aunque pagan más por las semillas y los químicos, porque pueden sembrar la soya en siembra directa con máquina, combate las malezas con químicos aéreos y cosechan con máquina. Está todo industrializado. De alguna manera, esto ellos lo ven conveniente, porque ahorran mano de obra, todo es químico y con máquina. Pero todo esto tiene consecuencias. Es más fácil producir para ellos, entre comillas, porque  el maíz transgénico resistente a plagas también, tiene pesticida incorporado, pero anda a comerlo tú.
¿Pero ellos no se están enfermando más?
No lo sé, no tenemos datos. No hay información. No hay estudios de población que no come transgénicos versus los que sí. Hemos venido comiendo transgénicos de los años 90 en adelante y nadie se ha muerto, pero qué pasa con las alergias, con los cáncer, nadie sabe las causas de las enfermedades crónicas que estamos sufriendo ahora. Yo no te puedo decir que todo el cáncer que hay ahora es por los transgénicos, no tengo datos, porque no tengo estudios. Nadie me ha separado la población que está comiendo transgénicos y la que no, para poder comparar. Tenemos el experimento de las ratitas por 90 días y el estudio de Seralini por dos años, el máximo estudio de largo plazo, por dos años.
¿En qué está Chile respecto de los transgénicos? ¿En qué está la legislación? ¿Cómo se puede proteger el consumidor?
En Chile se han liberado transgénicos desde el año 92. Tenemos tres cultivos para semillas de exportación que son maíz, soya y raps, que son los cultivos a nivel mundial. Nosotros lo que producimos no lo comemos, exportamos las semillas y hacemos pruebas de campo, de diversos cultivos, para modificaciones genéticas muy extrañas, que no están aprobadas en otros países; vienen a probar acá, por ejemplo arroz, con sustancias antibióticas. En vez de darle antibiótico a un niño, le dan arroz, pero y la contaminación está al aire libre. Por eso los productores de arroz en Estados Unidos protestaron al máximo, porque ellos no querían vender arroz con sustancias antibióticas. La idea es regia, pero pónganla en invernadero.
¿En qué consiste la regulación existente en Chile?
Es una resolución del SAG (Servicio Agrícola y Ganadero), no es una ley, que los autoriza. Y esa resolución obviamente no vigila que no tengan impacto en otros cultivos. No vigila que los agricultores cercanos sepan que tienen cultivos transgénicos al lado, no protegen a las abejas, que hemos tenido contaminación de la miel con polen transgénico, no da información veraz sobre qué compañías tenemos. La única información que da  es la superficie, el cultivo y la región. Eso es todo lo que tenemos. Ahora tienen que dar la información por ley, pero hay que pedirla, no es pública. Hay poca información y lo que tenemos es una resolución, no una ley. Lo que tenemos ahora es la ley de bases del medio ambiente. Nos movimos con los senadores para que pusieran una indicación en la ley de bases, el artículo 10 R para que exijan estudios de impacto ambiental a la liberación de transgénicos. Fue adoptada en la ley de bases del medio ambiente y se permite declarar zonas libres.  Entonces ahora los transgénicos van a tener que hacer un estudio de impacto ambiental conforme al reglamento de la ley de bases que todavía está en trámite. Ese reglamento ha sido muy controversial, todavía no sale, pero nos va a permitir instaurar zonas libres. Esa es la regulación existente y hay muchos proyectos de ley, unos que los prohíben y otros que los promueven, para consumo nacional, porque las compañías no están conformes con producir para multiplicación de semillas, sino que quieren también que los chilenos comamos lo que estamos produciendo y si eso se logra, ahí de seguro vamos a tener maíz transgénico. Pero ese proyecto está parado, no ha avanzado, tiene muchas indicaciones.
Sobre etiquetado había varios proyectos de ley, unos avanzaron más que otros, el del senador Letelier, por ejemplo, y ese fue aprobado mayoritariamente por la cámara de diputados y está un poco parado, debería pasar al senado, pero cuando son mociones parlamentarias  y no tienen urgencia del gobierno, no es fácil llevar adelante esos proyectos.
¿Quiénes son los parlamentarios que más están aportando a su juicio en este tema?
El senador Navarro, Horvath, Ximena Rincón, Eduardo Frei, Quintana, Lagos-Weber, Letelier. El tema del etiquetado existe en el extranjero, en países como Japón, Brasil, Nueva Zelandia. Existe un mapa de etiquetado a nivel mundial y hay muchos países. Algunos etiquetan todo, otros algunos productos, pero existe etiquetado.
¿Qué modelo cree debiera seguir Chile?
La Unión Europea es un buen modelo. Incluso, etiquetan los aceites, que no contienen transgénicos. El modelo europeo es el que me parece funciona mejor.
¿En cambio Estados Unidos tiene un modelo más retrógrado?
Es que de ahí salieron los transgénicos.  Los ciudadanos quieren etiquetado. Pero en Monsanto, que es la compañía de transgénicos, sale el gerente y entra como ministro de Agricultura y el ministro de Agricultura a gerente de Monsanto. La puerta giratoria es tremenda. Bush estuvo con ellos.
¿A su juicio, los transgénicos no solucionan el problema del hambre en el mundo?
Para nada. Los transgénicos no están creados para producir más. Están creados para resistir herbicidas y plagas, por lo tanto son tóxicos. Nunca fueron estructurados para rendir más, jamás han rendido más, si no han sido hechos para eso.
¿Podría llegar a existir transgénicos que no fueran dañinos para la salud?
Por estructura, eso no podría ser así. Tienen genes adicionados de virus y bacterias, sistemas metabólicos distintos que pueden producir efectos tóxicos en la salud humana que desconocemos, por rutas metabólicas que no conocemos. Pero para qué los necesitamos si nosotros tenemos miles de variedades de semillas que podemos comer en el mundo.
¿Cuál es la realidad chilena respecto de las semillas?
Existen y muchas. Tengo un catálogo de semillas tradicionales de Chile y lo publiqué en la web, de las cuales hay muchas variedades. Es el catálogo digital de semillas tradicionales de Chile. Con 240 páginas, contiene fotos, descripción e información en orden alfabético de 702 variedades de granos. Lo más importante, es que entrega el contacto de diferentes guardadores de semillas milenarias a lo largo del país, quienes están dispuestos vender o intercambiar sus tesoros agrícolas, con el fin de que Chile no pierda parte importante de su cultura de cultivo.
¿En Chile se ha hecho algún tipo de investigación o estudio?
Existe del SAG, del programa Contacto y Conadecus, que fue a ver los colados de los bebés.  Esas investigaciones demuestran que las verduras que estamos comiendo tienen algún tipo de residuos. Entonces, si no son los transgénicos, son los pesticidas. No hay seguridad en el consumo. Por eso hay que evitar comer comida chatarra. Entre que estamos contaminados por el aire, nuestra agua contiene mucho flúor, cloro y no sé qué otras cosas más y estamos comiendo alimentos que fueron genéticamente modificados y fueron producidos con químicos, además tienen preservantes, saborizantes, colorantes. Tenemos que estar muy bien informados, tenemos que aprender a leer las etiquetas. Tenemos que aprender y saber qué es el sorbato de potasio, el aspartame, la tartrazina. Mi consejo entonces es, si no lo entiende, mejor no lo compre. Hay que advertir sobre cosas fuertes, como los colorantes o el aspartame, que están en las etiquetas porque están prohibidos en otros países. Chile no los prohíbe, pero los etiqueta, por eso están ahí. Además, yo trato de comer orgánico. Existen algunos mercados en La Reina, Plaza Perú y Vitacura. También personas que distribuyen a la casa. Hay que buscar, pero hay.
fuente:http://www.comermejor.cl

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