lunes, 30 de abril de 2012

EL ACAPARAMIENTO DE LA TIERRA EN AMÉRICA LATINA


GRAIN
abril 2012
Los 120 integrantes de  Movimientos y organizaciones sociales de América Latina y el Caribe que se reunieron en Buenos Aires del 22 al 25 de marzo en la III Conferencia Especial para la Soberanía Alimentaria, (previa a la 32ª Conferencia Regional de la FAO - Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) emitieron una Declaración de Buenos Aires en la que cuestionaron la posición adoptada por la FAO en relación al acaparamiento de tierras en América Latina.
La Conferencia fue organizada por el CIP [1] (Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria) y contó con la participación de más de 100 organizaciones sociales provenientes de más de 20 países de América Latina que debatieron durante 4 días sobre las problemáticas más acuciantes en el continente y sus propuestas políticas y de articulación en la construcción de la Soberanía Alimentaria. 
En este marco la problemática de la tierra ocupó un lugar central en todos los debates y la el acaparamiento  de tierras emergió como una de las más importantes barreras para avanzar en la construcción de la soberanía alimentaria.
Por este motivo la presentación por parte de la FAO de sus estudios recientes sobre acaparamiento de tierras donde plantea que “el  fenómeno del Land Grabbing se encuentra en sus fases iniciales y restringidas sólo a dos grandes países: Argentina y  Brasil” despertó la alarma de los participantes y la inclusión de un duro cuestionamiento a la posición de la FAO en el documento final.

Antecedentes

Frente al acaparamiento global de tierras que está ocurriendo la FAO fomenta la “inversión agrícola responsable”, proponiendo “la creación de un consenso internacional sobre los Principios para la Inversión Agrícola Responsable (Principios IAR)” [2] junto a otras instituciones como el UNCTAD (Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Banco Mundial.
Frente a estas propuestas las organizaciones de la sociedad civil formularon el Llamamiento de Dakar contra el Acaparamiento de Tierras durante el Foro Social Mundial de Dakar [3]. En este llamamiento se pide al Comité de Seguridad Alimentaria Mundial 
 (CFS) que rechace los Principios para una inversión agrícola responsable que se consideran ilegítimos e inadecuados para hacer frente al fenómeno de la acaparamiento de tierras. 
La FAO junto a IFAD e IIED (Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo) publicaron en el año 2009 y en el contexto de la crisis alimentaria global, un estudio sobre el avance del fenómeno de Land Grabbing o Acaparamiento de Tierras en África. En este contexto, la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe (RLC), tomó la iniciativa de buscar antecedentes que permitieran verificar si el fenómeno del acaparamiento de tierras se estaba manifestando y en qué medida en América Latina y el Caribe. Con este objetivo, RLC comisionó la elaboración de estudios nacionales sobre la dinámica de concentración de tierras, durante el último quinquenio, en diecisiete países de la región.
Los días 14 y 15 de noviembre de 2011 la FAO convocó en  en Santiago de Chile al Encuentro “Dinámicas en el mercado de la tierra en América Latina y el Caribe”  donde se presentaron las conclusiones de estos estudios y en ellas se exponen la conclusión antes mencionada.

¿La cuestion es lo público contra lo privado?

Según los movimientos sociales presentes en Buenos Aires, este trabajo de la FAO "muestra un panorama gravísimo sobre la situación de la tierra en América Latina y el proceso de extranjerización y acaparamiento que está ocurriendo tanto para la producción de alimentos básicos, como de agrocombustibles, producción forestal, el turismo, la minería o la conservación."
Pero lo que sorprendió fue el reporte final que concluye que “el fenómeno del Land Grabbing (acaparamiento de tierras) se encuentra en sus fases iniciales y restringidas sólo a dos grandes países: Argentina y Brasil”. Según las organizaciones sociales, "Estas conclusiones surgen de aplicar los criterios de acaparamiento en un sentido muy limitado: adquisición de grandes extensiones  destinadas a la producción de alimentos, en la que dentro de los agentes/actores que intervienen hay por lo menos un Gobierno extranjero." En efecto, la oficina regional de la FAO en América Latina considera que no se puede hablar de acaparamiento de tierra cuando se trata de inversores privados. Acaparamiento solo puede surgir, según la FAO, cuando se implica un inversor soberano (de Estado).
Esta posición no puede ser aceptada para muchas organizaciones de la sociedad civil. Vale la pena subrayar que argumentos similares surgen hoy en día en otras partes del mundo para limitar el debate. En Australia, por ejemplo, donde ya el 12% de las tierras agrícolas están en manos de inversores extranjeros, algunos grupos intentan diferenciar entre inversores privados y soberanos para limitar la búsqueda de mejores controles y regulaciones al sector publico únicamente -como si la inversión privada fuese algo incuestionable, lo que hace girar el mundo-.

La toma de control de grandes superficies de tierras y de territorios y de derechos ligados a ellos es un problema sea el grupo Beidahuang (empresa estatal de la provincia de Heioljiang) o Hassad Food (creado por el gobierno de Qatar) o una empresa como CalyxAgro (subisidiario del grupo francés Louis Dreyfus Commodities) o Adecoagro (dirigido por el inversionista húngaro-americano George Soros).
Ente las causas principales que explican el avance del acaparamiento de la tierra en América Latina  se encuentra el brutal avance del agronegocio en todo el continente. El mismo agronegocio que ha llevado a la humanidad a la inédita cifra de más de mil millones de hambrientos. Pero también cabe destacar el rol que está jugando la minería en países como Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Costa Rica, México y Guatemala. No menos importante son los mega proyectos hidroeléctricos y los grandes emprendimientos turísticos que se apropian de espacios comunes. Por último, es importante subrayar dentro de las causas de acaparamiento de tierra en América Latina las falsas soluciones al cambio climático, como ser los proyectos REDD+ y las plantaciones de monocultivos para la producción de biomasa con fines energéticos.
Los grupos reunidos en Buenos Aires también abordaron los problemas que plantea otro informe titulado 'Informe del Panel de Expertos de Alto Nivel del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CFS) sobre Tenencia de la Tierra y las Inversiones Internacionales en la Agricultura' de Julio de 2011. Este otro Informe, propuesto como orientador del debate, pasa de la simple denuncia del 'land grabbing' y reconoce potencialidades en las inversiones extranjeras en tierras.

Lo fundamental no es encontrar la definición

La Declaración [4] que fue presentada esta semana a la 32° Conferencia Regional de la FAO  expresa en relación al acaparamiento de tierras que:
“...manifestamos nuestro desacuerdo con las conclusiones del reporte final “Dinámicas en el mercado de la tierra en América Latina y el Caribe” que, elaborado por la FAO-ALC, plantea que 'el fenómeno del Land Grabbing [acaparamiento de tierras] se encuentra en sus fases iniciales y restringidas sólo a dos grandes países: Argentina y Brasil'. Estas conclusiones surgen de aplicar los criterios de acaparamiento en un sentido muy limitado: adquisición de grandes extensiones  destinadas a la producción de alimentos, en la que dentro de los agentes/actores que intervienen hay por lo menos un Gobierno extranjero. Además, dicho documento propone como orientador del  debate al documento titulado Informe del Panel de Expertos de Alto Nivel del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) sobre Tenencia de la Tierra y las Inversiones Internacionales en la  Agricultura de Julio de 2011, que pasa de la simple denuncia del 'acaparamiento de tierras' y reconoce potencialidades en las inversiones extranjeras en tierras.
“Si bien los documentos incluidos en el reporte de la FAO-ALC muestran un panorama gravísimo  sobre la situación de la tierra en América Latina y El Caribe y el proceso de extranjerización y  acaparamiento que está ocurriendo tanto para la producción de alimentos básicos, como de  agrocombustibles, producción forestal, turismo, minería o la conservación, entendemos que estas conclusiones son sumamente peligrosas, ya que ocultan y desdibujan –detrás de una supuesta  rigurosidad científica y de utilización de términos– un problema de dimensiones espectaculares a  nivel de superficies acaparadas, impactos en las economías locales y sobre la vida de millones de  campesinos, afrodescendientes, Pueblos Originarios, agricultores familiares y pescadores.
“Desde las organizaciones y movimientos sociales que luchamos contra el acaparamiento de tierras  en todo el mundo demandamos que la FAO-ALC replantee urgentemente esta posición, escuchando  las voces de los pueblos y sus reclamos, y acompasando su accionar con el proceso implementado  por la FAO a nivel internacional. Lo fundamental no es encontrar la definición adecuada al  “acaparamiento de tierras” sino poner fin de manera urgente a un proceso que está expulsando a los pueblos de sus territorios cada día.
“En ese sentido, también rechazamos la definición de 'Bosques' establecida por la FAO, ya que  fomenta el acaparamiento de tierras para establecer grandes extensiones de monocultivos. Al  permitir que éstos sean definidos como 'bosques', legitiman un monocultivo en escala industrial,  responsable por innumerables impactos negativos, incluyendo la expulsión de comunidades  campesinas e indígenas.”

Decir no a todos los acaparamientos

Desde GRAIN y junto a cientos de organizaciones sociales estamos convencidos que la única alternativa en detener ya mismo el acaparamiento de tierras a nivel global y siguiendo las propuestas del llamamiento de Dakar “Llamamos a los parlamentos y a los gobiernos nacionales a poner fin inmediatamente a todos los acaparamientos masivos de tierras actuales o futuros y a que se restituyan las tierras saqueadas”. 
El reciente informe de GRAIN [5] que expone más de 400 casos de acaparamiento de tierras sobre una superficie de casi 35 millones de hectáreas en 66 países es más que elocuente al respecto. Y es importante remarcar que decenas de los casos allí expuestos pertenecen a América Latina.
Más información:
1- Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (CIP), www.foodsovereignty.org/es/Inicio.aspx
2- Invesiones agrícolas extranjeras y seguridad alimentaria, www.fao.org/economic/est/inversiones/es/
4- Declaración III Conferencia Especial para la Soberanía Alimentaria por los Derechos y Por La Vida,  www.radiomundoreal.fm/5319-solucion-verdadera
5- GRAIN publica conjunto de datos con más de 400 acaparamientos de tierra agrícolas a nivel mundial,  www.grain.org/es/article/entries/4481-grain-publica-conjunto-de-datos-con-mas-de-400-acaparamientos-de-tierra-agricolas-a-nivel-mundial

miércoles, 25 de abril de 2012

Los nuevos acaparadores de tierras



Carmelo Ruiz Marrero

La soberanía alimentaria de los pueblos enfrenta un nuevo enemigo: el acaparamiento de vastas extensiones de tierras agrícolas. Los nuevos acaparadores de tierras incluyen son estados con mucho capital pero poca capacidad agrícola para alimentar a sus poblaciones, como Singapur, Corea del Sur, Arabia Saudita y China, e inversionistas capitalistas ávidos de nuevas oportunidades de lucro.
“Nunca antes se había invertido tanto dinero en el sistema alimentario industrial”, plantea la organización no gubernamental Grain, ganadora del Premio Nobel Alternativo de 2011. “Con las actuales crisis financiera y económica a nivel global, el capital especulativo busca sitios seguros donde multiplicarse. Los alimentos y las tierras de cultivo son esos sitios… La carrera es por ver quiénes logran controlar los recursos para la producción mundial de alimentos –las semillas, el agua y la tierra– y la distribución global de los mismos.”
Grain sostiene que “El dinero también fluye directamente hacia la agricultura industrial y las adquisiciones de tierra. Los bancos, los fondos de inversión y los fondos de pensiones se utilizan activamente para comprar tierra por todo el mundo… los cálculos actuales nos hablan de entre 60 y 80 millones de hectáreas que han pasado a manos de los inversionistas extranjeros para producir alimentos tan sólo en los últimos años. Esto es igual a la mitad de las tierras agrícolas de toda la Unión Europea. La mayor parte de esto ocurre en África, donde los derechos consuetudinarios de los pueblos a la tierra están siendo ignorados de manera flagrante”.
ÁFRICA, EL PREMIO MAYOR
En esta carrera por apropiarse de tierras, África es el premio mayor. Es el último horizonte de lucro del capital transnacional, un continente que los grandes intereses consideran “subutilizado”. La ONG estadounidense Oakland Institute lleva desde el año pasado examinando con detenimiento los negocios con tierras en África. Encontraron que estos tratos son a menudo subvencionados por instituciones del sector público, como la Agencia Internacional de Desarrollo de EEUU (Usaid) y el Banco Mundial, y que involucran no solamente la producción de alimentos para exportación sino también falsas soluciones al cambio climático, como los agrocombustibles y el comercio de lucrativos “créditos de carbono”.
Estos negocios, supuestamente, son para traerle el desarrollo a los empobrecidos africanos, pero Anuradha Mittal, directora ejecutiva del Oakland Institute, sostiene que en realidad hacen daño a la gente de África y su ambiente. “Esta manera de ‘desarrollar’ a África no es ni justa ni sustentable. Está desplazando gente al tomar sus tierras y recursos naturales que producen alimento y proveen sustento a la vez que empeora el cambio climático.”
Estudiando casos en Mozambique, Sudán del Sur, Tanzania y Zambia, las investigaciones de la organización encontraron que los nuevos acaparadores de tierras dejan un saldo nefasto para las poblaciones locales. “En nuestra investigación sobre 50 tratos de tierras en siete países africanos, no encontramos evidencia de que tales inversiones provean réditos financieros justos para los países o sus poblaciones”, dijo Frederic Mousseau, del Oakland Institute.
LATINOAMÉRICA TAMBIÉN ES AFECTADA
En Paraguay la corporación argentina Cresud posee 142 mil hectáreas, en las que siembra mayormente girasol y soya. En los años 90 Cresud logró un crecimiento explosivo, en parte, gracias a una inversión sustancial del magnate George Soros. Para 2011 Cresud era el mayor terrateniente en Argentina, controlando sobre 620 mil hectáreas –para soya y ganado mayormente– al igual que 175 mil hectáreas en Brasil mediante su control sobre la compañía BrasilAgro. A nivel internacional Cresud posee un total de 962 mil hectáreas.
También en Paraguay está asentada la misteriosa corporación NFD Agro, cuyo domicilio es en la isla Bermuda. Sus negocios en Paraguay, que abarcan sobre 35 mil hectáreas donde siembra maíz, soya y otros productos, fueron subvencionados con un préstamo de $5 millones de la Corporación Financiera Internacional, subsidiaria del Banco Mundial. NFD es controlada por inversionistas argentinos, el banco JP Morgan y la firma neoyorkina TRG Management/Rohatyn Group. TRG también invierte en Calyx Agro, que en Paraguay tiene casi 3 mil hectáreas en las que siembra caña de azúcar y otros cultivos. Calyx es un vehículo del comerciante de granos Louis Dreyfus para adquirir terrenos agrícolas en el Cono Sur.
En Perú está la surcoreana Ecoamérica con 72 mil hectáreas (de donde extrae madera y pastorea ganado), y la estadounidense Maple Energy (que siembra caña de azúcar para la producción de etanol). En Uruguay hay capitales agrícolas argentinos, daneses, franceses, estadounidenses (Adecoagro), y hasta de Singapur (Olam). Y tras los terrenos agrícolas de Colombia van argentinos (Ingacot), brasileños (Mónica Semillas), chinos, israelíes (Merhav Group), españoles (Grupo Poligrow) y estadounidenses (Black River Asset Management).
Según la base de datos de Grain, estos acaparamientos no se están dando en Venezuela, Ecuador o Cuba.
LOS FONDOS DE PENSIÓN TAMBIÉN
Un aspecto sorprendente de este acaparamiento global de tierras es que entre los principales inversionistas que ponen la plata para estos negocios figuran los fondos de pensión. A nivel mundial los fondos de pensión manejan $23 billones, de los cuales se cree que $100 mil millones están invertidos en commodities, y de eso se estima que de $5 a $15 mil millones van a la compra de tierras agrícolas. Se espera que para 2015 esa última cifra se duplique.
Esto concierne directamente al pueblo trabajador. Según Grain, “Hoy día, las pensiones de las personas son frecuentemente manejadas por empresas privadas en representación de sindicatos, gobiernos, individuos o empleadores. Estas compañías son responsables de salvaguardar y hacer crecer los ahorros para la jubilación, de forma que sean pagados a los trabajadores en mensualidades, después del retiro. Cualquier persona suficientemente afortunada como para tener un trabajo y ser capaz de ahorrar algún ingreso para el retiro, probablemente tiene una pensión que está siendo administrada por una u otra firma.”
LA LUCHA YA COMENZÓ
Sarah Anderson, analista del Instituto de Estudios Políticos (IPS) insiste en que sí se puede hacer algo al respecto, y nombra como ejemplo la campaña activista en California para persuadir a CALSTRS a que desista de invertir $2.500 millones en mercados de commodities- que incluyen tierras. El fondo ha accedido a reconsiderar su posición.
La resistencia mundial contra el acaparamiento de tierras está alzando vuelo. Los participantes del Foro Social Mundial de 2011, celebrado en Senegal, emitieron el Llamamiento de Dakar contra el Acaparamiento de Tierras, del cual citamos a continuación:
“Llamamos a los parlamentos y a los gobiernos nacionales a poner fin inmediatamente a todos los acaparamientos masivos de tierras actuales o futuros y a que se restituyan las tierras saqueadas… Exigimos que los Estados, las organizaciones regionales y las instituciones internacionales garanticen el derecho a la tierra de los pueblos y que apoyen las agriculturas familiares y la producción agro-ecológica de alimentos… Por último, invitamos a todo/as los/as ciudadanos/as y a las organizaciones de la sociedad civil de todas partes del mundo a apoyar por todos los medios –humanos, de comunicación, jurídicos, financieros y populares– posibles a todos/as los/as que luchan contra los acaparamientos de tierras.”
Ruiz Marrero es autor, periodista investigativo y educador ambiental puertorriqueño

AGRICULTURA ORGÁNICA EN CHILOE


Agricultura Orgánica, Estado Actual

Por Álvaro Zúñiga Miranda
Corporación El Canelo de Nos, Sede Chiloé
Pensar en agricultura orgánica nos lleva directamente a la esencia de la agricultura tradicional campesina, o más atrás aún, la de los primeros pueblos que empezaron a cultivar y criar animales para poder vivir, y de esta manera comenzar la constante relación y entendimiento de la naturaleza, hasta llegar a crear sistemas completamente sincronizados de producción, donde los ciclos de vida de la naturaleza son comprendidos, y en sinergia con los agricultores, se logra una producción de alimentos de calidad para sostener la vida en este planeta. Por lo menos esto, a mi parecer, debería ser un punto de partida importante para comprender la real importancia de la Agricultura Orgánica, que no es únicamente pensar en producir dejando de lado el uso de los agroquímicos o semillas transgénicas y crear así sistemas de producción donde no se comprenda la relación de todos los factores que influyen en la naturaleza, desde los climáticos, hasta el más minúsculo microorganismo presente en el suelo.
Actualmente, existen agencias internacionales que han creado reglamentos para realizar las certificaciones de predios con producción orgánica, que se basan en requisitos como la periodicidad de transición de un predio, selección de semillas, uso de fertilizantes orgánicos e insumos para el control de plagas y enfermedades, y para la producción animal, con requisitos que van desde la sanidad animal, pasando por la alimentación y confinamiento, hasta los procedimientos para sacrificarlos. Todo esto es creado para asegurar un producto de calidad para el consumidor final, que además, debería estar informado del proceso que involucra el llegar a obtener lo que está consumiendo.
Ahora bien, quién asegura que en el futuro la agricultura orgánica sólo sea vista como un método más de producción en el ámbito agrícola, creando nuevos paquetes tecnológicos como fertilizantes, productos para controlar plagas, malezas, etc. pero con el sello orgánico o agroecológico. De esta manera se volverían a crear productores dependientes de insumos externos y no se lograría crear sistemas estables de producción, resilientes, con capacidad de generar lo necesario para sostener una producción que sea autosustentable y rentable.
Sin ir más lejos, creyendo encontrar un lugar ideal para implementar sistemas de producción orgánica, tenemos nuestra querida y conocida Isla de Chiloé, que dentro de las ventajas de ser isla, está la de no haber sido invadida por la agricultura convencional, y así por años nuestros agricultores han sabido conservar y replicar los sistemas de producción agropecuaria, que varían desde la conjunción de tierra-mar en el borde costero, hasta los sectores más cercanos a la cordillera de la costa, donde existe una más cercana relación con el bosque y en menor grado con el mar.
Es por este motivo, que en la comuna de Ancud, en diciembre del 2008 se fundó la Asociación Gremial Chiloé Orgánico. Cumpliendo hasta ahora 4 años, con 44 socios inscritos pertenecientes a 5 comunas de la isla (Ancud, Castro, Dalcahue, Queilen y Quemchi). La idea de formar esta agrupación surgió de la señora Cecilia Guineo, agricultora del sector rural de Coipomó, Comuna de Ancud, que gracias a su constante empeño por desarrollar la agricultura tradicional campesina y orgánica, ha tenido la posibilidad de viajar y conocer sistemas de producción en otros lugares, y fue en uno de esos viajes, que vio en Brasil una agrupación conformada por agricultores y diversos profesionales con un fin en común, desarrollar y difundir la agricultura orgánica. Así, se reunieron agricultores que se motivaron a desarrollar sistemas de producción orgánicos, con el apoyo también de técnicos de agro, pedagogos, profesionales de la salud, etc., con lo que se ha llevado esta idea más allá de lo agrícola, conjugando la educación y transmisión de conocimiento a los niños y jóvenes por parte de los profesores, como también, los profesionales de la salud, indagando en la medicina alternativa.
Dentro de las actividades más importantes que realiza esta organización está la Feria de Agricultores Orgánicos, que se desarrolló este año en su tercera versión entre el 11 y 12 de febrero, en la plaza de Ancud, donde asistieron productores de todo el país con diversos productos, desde vino orgánico hasta queso de cabra y oveja. Este es el sello de la agrupación, la cara visible, como así también la Cooperativa Agroecológica Chilwe, donde se venden los productos de los socios.
Todo esto es para de difundir y masificar las técnicas y bondades de la Agricultura Orgánica, donde los propios agricultores comparten sus experiencias e intercambian semillas, existiendo una interacción directa con los asistentes interesados en conocer más del tema y hacerse partícipe de la actividad.
Por último, cabe señalar que existe otra arista de difusión, la que dice relación con los talleres en colegios, juntas de vecinos rurales y el programa de radio “Gualateando”, que se transmite todos los días domingo a las 14 horas por Radio Estrella del Mar; todo esto como forma de mantener el patrimonio agrícola local.
Resumiendo, creo que hay cosas importantes que se están haciendo en pos de fomentar la agricultura orgánica, como lo mencionado sobre la Asociación Gremial Chiloé Orgánico, donde no solo personas ligadas al agro conforman esta agrupación, también existen otros profesionales que aportan de otra manera para darle más realce a tan importante tema. Lo mismo debería ocurrir a nivel más macro, es decir, que las instituciones que tienen directa relación con la agricultura, fomenten de manera real, no sólo con ideas escondidas tras una publicación, que luego vienen a opacar con un convenio UPOV, que comprometen la seguridad y soberanía de la producción de semillas locales, de los pequeños y medianos agricultores. Por otro lado, las instituciones educacionales también deberían comprometerse en formar profesionales para lograr un aporte más a la agricultura orgánica.
*Artículo publicado por Revista Cultural El Canelo Chiloé

lunes, 9 de abril de 2012

INFORME DEMUESTRA LA CRECIENTE OPOSICIÓN A MONSANTO


  Nuevo informe de los Amigos de la Tierra Internacional – La Via Campesina – Combat Monsanto 

NUEVO INFORME DEMUESTRA CRECIENTE OPOSICION A GIGANTE DE BIOTECNOLOGIA MONSANTO 

4 de abril de 2012, Washington (Estados Unidos) / Montevideo (Uruguay), París (Francia) – Hoy, en el día en que el gigante de la biotecnología Monsanto publica sus ganancias del segundo trimestre, un nuevo informe de organizaciones de la sociedad civil señala que los pequeños productores y los agricultores orgánicos, al igual que las comunidades locales y los movimientos sociales de todo el mundo resisten y rechazan cada vez más a Monsanto y al modelo de agricultura industrial que representa.

El nuevo informe, realizado conjuntamente por La Vía Campesina, Amigos de la Tierra Internacional y Combat Monsanto (y disponible en inglés, francés y español [1]) brinda una mirada de las principales luchas contra Monsanto y otras empresas de agroquímicos que presionan para imponer los cultivos genéticamente modificados (OGM) a los agricultores y el medio ambiente.

“El informe muestra que la objeción cada vez más fuerte de los movimientos sociales y de las organizaciones de la sociedad civil están teniendo un impacto en la introducción de los cultivos GM”, sostuvo Josie Riffaud de La Vía Campesina.

Los testimonios y el análisis contenidos en el informe pretenden inspirar y unir a los consumidores, activistas y comunidades en contra de los abusos cometidos por Monsanto y otras empresas de biotecnología del mundo.

“¿Quién responsabilizará a Monsanto de la devastación mundial de la biodiversidad, de la erosión del suelo y de las violaciones a los derechos campesinos provocados por la utilización de productos en base al petróleo que son necesarios para la agricultura industrial?”, se preguntó Dena Hoff de la Coalición Nacional de Agricultures Familiares/ La Vía Campesina América del Norte. “Los agricultores de todo el mundo estamos resistiendo por la soberanía alimentaria, pero el resto del mundo debe sumarse”, agregó.

“Este nuevo informe documenta la fuerte oposición a esta poderosa empresa trasnacional, que promociona sus productos genéticamente modificados aparentemente sin tener en cuenta los costos sociales, económicos y ambientales”, afirmó Martín Drago, coordinador del Programa de Soberanía Alimentaria de Amigos de la Tierra Internacional.

“La mayoría de la población en Europa se opone a la producción de alimentos genéticamente modificados, y varios países europeos ahora tienen moratorias nacionales que prohíben el maíz MON810 de Monsanto y las papas Amflora de BASF, a pesar de la fuerte presión de la industria de biotecnología y de la Comisión Europea de levantar las moratorias”, sostuvo Héloise Claudon de la organización Combat Monsanto.

La utilización de cultivos GM destruye la diversidad de los cultivos, homogeneiza los alimentos y elimina el conocimiento y la cultura local. De esta y de otras formas la desigualdad, la pobreza y la explotación de los recursos naturales logran prosperar en el sistema mundial de alimentos, que se centra en la generación de ganancias y no en la producción de alimentos sustentables ni en la soberanía alimentaria.

El área total plantada con cultivos GM abarca tan solo un 3% de la tierra agrícola mundial. Un 97% de la tierra agrícola del mundo continúa estando libre de transgénicos. La plantación de cultivos GM se restringe a pocos países: 90% de los cultivos GM son plantados en Estados Unidos, Brasil, Argentina, India y Canadá. Casi un 60% de los experimentos en campos de cultivos GM son realizados en Estados Unidos.

La gran mayoría de los cultivos GM son destinados a alimento para animales en países ricos, en lugar de alimentos para los pobres o quienes padecen hambre.


PARA MÁS INFORMACIÓN:

En Uruguay (en español):

Martín Drago, coordinador del programa Soberanía Alimentaria de Amigos de la Tierra Internacional: martin.drago@redes.org.uy
o Tel: +598 (99) 13 85 59

En Estados Unidos (en inglés):

Dena Hoff , Coalición Nacional de Agricultores Familiares / La Vía Campesina América del Norte - Tel: + 1 (406) 939 -1839

En Francia (en francés):

Josie Riffaud de La Vía Campesina: josieriffaud@yahoo.fr

Tel: + 33(0) 6 13 10 52 91

Héloise Claudon de Combat Monsanto: Tel: + 33 (0) 6 01 85 30 80

heloise.claudon@combat-monsanto.org


NOTAS:

[1] El informe está disponible

En español : http://www.viacampesina.org/downloads/pdf/sp/Monsanto-Publication-ES-Final-Version.pdf 

III CONFERENCIA ESPECIAL PARA LA SOBERANÍA ALIMENTARIA DE LOS MOVIMIENTOS Y ORGANIZACIONES SOCIALES DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE





DECLARACION

III CONFERENCIA ESPECIAL PARA LA SOBERANÍA ALIMENTARIA
DE LOS MOVIMIENTOS Y ORGANIZACIONES SOCIALES
DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE

“POR LOS DERECHOS Y POR LA VIDA”

Buenos Aires, 22 al 25 de marzo de 2012


Introducción y memoria

En Buenos Aires, Argentina, entre los días 22 y 25 de marzo de 2012, el Comité Internacional para la Soberanía Alimentaria-Coordinación Regional América Latina y El Caribe, CIP-ALC, organizó la III Conferencia Especial para la Soberanía Alimentaria, por los Derechos y por la Vida que antecedió a la 32ª Conferencia Regional de la FAO.

Provenientes de 20 países, nos reunimos mujeres y hombres representantes de organizaciones campesinas, de la pesca artesanal, la agricultura familiar, trabajadores rurales, jóvenes, Pueblos Originarios, afrodescendientes, la Agroecología, ambientalistas, redes y ONGs, comprometidas con la Soberanía Alimentaria y el Derecho a la Alimentación, para analizar el modelo industrial de agricultura, ganadería y pesca y sus efectos sociales, económicos, políticos, culturales y climáticos, y las alternativas basadas en la Soberanía Alimentaria.

Abrimos nuestros sentimientos para ofrendar esta III Conferencia a la memoria de Egidio Brunetto, compañero brasileño del MST, de tantas luchas y forjador de tantas esperanzas: tus ideas y reflexiones y tu compromiso, Compañero, estuvieron presentes en estas jornadas.

Como parte del proceso articulador que los movimientos y organizaciones sociales de América Latina y El Caribe impulsamos desde 2003, la III Conferencia Especial tuvo como objetivos construir un Plan de Acción de la Sociedad Civil para la Soberanía Alimentaria, fortalecer y ampliar las alianzas estratégicas y elaborar nuestras propuestas y recomendaciones para la 32ª Conferencia Regional de FAO.

Reafirmación y solidaridad

Refirmando que la Soberanía Alimentaria es un principio, una visión y un legado construido por los Pueblos Indígenas, campesinos, agricultores familiares, pescadores artesanales, mujeres, afrodescendientes, jóvenes y trabajadores rurales, que se ha convertido en una plataforma aglutinadora de nuestras luchas y en una propuesta para la sociedad en su conjunto.

El día 24 de marzo, Día de la Memoria en este país, nos honramos de marchar junto a cientos de miles de argentinos, a 36 años del comienzo de una de las dictaduras militares más sangrientas del continente, para exigir Memoria, Verdad y Justicia, por las que aún lucha el pueblo argentino. Nos emocionó la fuerza y la convicción de esa lucha, simbolizada por la tenacidad de las Madres de Plaza de Mayo, a quienes simbólicamente abrazamos.

Nuevamente nos solidarizamos, y llamamos a los pueblos de América Latina y el Caribe y el mundo, a reforzar la solidaridad con la extrema situación que enfrenta el hermano pueblo haitiano. Exigimos el retiro de la fuerza de ocupación multinacional en Haití (MINUSTAH), que ahonda la crisis y genera aún más problemas como cólera, abusos sexuales, miseria, violación de la soberanía nacional y migración forzada, represión contra las fuerzas democráticas. La fuerza de ocupación multinacional allana la llegada masiva de empresas transnacionales del Norte y del Sur que –con estrategias agresivas de pillaje– quieren tomar el control de los bienes estratégicos del país, aumentando la miseria y socavando aún más las posibilidades de conquistar la Soberanía Alimentaria y la justa reparación de las deudas sociales, ambientales, financieras e históricas de las que el pueblo haitiano es acreedor. Se debe respetar la voluntad y la autodeterminación del Pueblo haitiano para crear las condiciones mínimas de reconstrucción de su país, en una trágica coyuntura después del devastador terremoto del 12 de enero 2010.

Saludamos y nos solidarizamos con la Marcha Indígena, Campesina y Popular en Guatemala, conformada por miles de mujeres, hombres, jóvenes y niños que se movilizan hacia la capital para exigir al gobierno que atienda sus demandas de resolver la problemática agraria que les afecta y en rechazo a los desalojos violentos que se han dado en el país, generado muertos, hambre y pobreza en las comunidades.

Demandamos la solución inmediata a los conflictos por la tierra en el Bajo Aguán, en Honduras, y exigimos frenar los abusos y asesinatos contra campesinos y campesinas que exigen una Reforma Agraria Integral.

Esta Conferencia manifiesta su solidaridad con todos los hombres y mujeres del mundo, que por sus luchas se encuentran perseguidos y/o encarcelados.


Denuncia y rechazo

La III Conferencia Especial denuncia y rechaza, una vez más, al modelo de producción y consumo hegemónico que continúa generando hambre y pobreza crecientes en el mundo y la región. Estas no son producto ni de la casualidad ni de la falta de alimentos, sino de un modelo que viola el derecho a la vida digna de las personas y los pueblos, acrecienta la subordinación de la mujer, invisibilizando su rol determinante en la producción de alimentos y en la construcción de la Soberanía Alimentaria.

Un modelo que explota al máximo a los trabajadores y trabajadoras, tanto en el campo como en la ciudad; precarizando las relaciones e incumpliendo las legislaciones laborales, devaluando salarios mínimos en el campo, aumentando el trabajo temporal y generando migración interna e inmigración en búsqueda de trabajo, y especial vulnerabilidad las zonas de frontera.

Un modelo que expone a la Pesca Artesanal a un conjunto de problemas tales como falta de acceso a las regiones de pesca, competencia con otras flotas, falta de un marco legal adecuado, y condiciones socio-económicas precarias que afectan la comercialización de sus productos. La sobrecapacidad de las pesquerías industriales, la sobrepesca de los bienes tradicionales y la acuicultura industrial, generan un escenario de conflictividad creciente y amenazan al medio de vida de este sector: los ecosistemas marino costeros y sus pesquería. Estas problemáticas se perpetúan ante la ausencia de políticas pesqueras que establezcan reglas claras para todos los actores; las fallas en el sistema de administración, control y fiscalización; la falta de transparencia y participación en la toma de decisiones; y la sobre-capitalización de la industria.

Un modelo que fomenta el avance acelerado del acaparamiento de la tierra en todo el continente. Entre las causas que lo explican se encuentran el brutal avance del agronegocio en todo el continente, el mismo agronegocio que ha llevado a la humanidad a la inédita cifra de más de mil millones de hambrientos. Otra causa la constituye el avance de la minería a gran escala en países como Argentina, Chile, Colombia, Perú, Ecuador, Costa Rica, México y Guatemala, así como los mega proyectos hidroeléctricos y los grandes emprendimientos turísticos que se apropian de espacios comunes; y las falsas soluciones al cambio climático, como los proyectos REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación), REDD+, REDD++ y las plantaciones de monocultivos para la producción de biomasa con fines energéticos.

La concentración de la tierra, bosques y cuerpos de agua de los Pueblos en manos de las transnacionales, conduce a una guerra por los alimentos y abre la posibilidad del control político sobre las naciones. La mercantilización de la tierra promocionada por el Banco Mundial ha seguido impulsando la concentración y la extranjerización de la tierra y la pérdida de territorios, constituyendo una de las mayores causas de expulsión de campesinos, afrodescendientes y Pueblos Indígenas de sus tierras y comunidades. Asimismo, los pescadores y pueblos del Manglar son expulsados de las zonas costeras y sus derechos son limitados sobre las zonas marítimas.

Un modelo responsable de las crisis climática y de la biodiversidad, cuyos efectos ponen en riesgo, como nunca antes en la historia de la humanidad, a los ecosistemas que mantienen la vida, afectando con especial violencia a los afrodescendientes, campesinos, pueblos originarios y pescadores artesanales. Mientras tanto, sus responsables, las transnacionales y los países del Norte, se benefician de las soluciones de mercado establecidas en el marco de las negociaciones de la Convenciones de Naciones Unidas sobre Cambio Climático y sobre Diversidad Biológica. En tanto, y a través de falsas soluciones a las crisis que han generado, intentan avanzar aún más sobre los territorios, mercantilizando y privatizando la naturaleza y la vida. Rechazamos a la denominada “Economía Verde” como salida a las crisis climática y alimentaria.

Este modelo –industrial, intensivo, a gran escala, concentrador, dirigido a la exportación de productos primarios, liderado por las transnacionales y altamente dependiente de insumos químicos– destruye y remplaza los sistemas que alimentan a los pueblos al transformar los alimentos en meras mercancías importadas y exportadas alrededor del mundo, a cambio del precio más alto y la mayor tasa de ganancia del capital.

Un modelo que especula a gran escala con los alimentos, lo que sumado a la concentración de la comercialización, redunda en el alza injustificada de los precios esencialmente vinculada a la búsqueda de beneficios de las empresas transnacionales y el sector financiero.

A pesar de la amplísima evidencia sobre los nefastos efectos del modelo neoliberal en todo el mundo, el sistema internacional, los gobiernos y las transnacionales continúan sometiendo al planeta a un desarrollo que agota las posibilidades mismas de la vida, convirtiendo a las personas en meros agentes productivos, sin rostro y sin historia. La liberalización económica y la arquitectura legal internacional sobre inversiones extranjeras están directamente relacionadas con el crecimiento de la pobreza y el hambre en la región.

Un modelo que reprime con violencia a los pueblos que resisten la ocupación de sus territorios para la producción dirigida a la exportación de productos primarios (minerales, madera, alimentos, agrocombustibles, entre otros), constituye un síntoma evidente de un problema estructural, que si no es encarado de manera inmediata por los gobiernos, a través de políticas públicas adecuadas, puede transformarse en una situación explosiva.

Por lo tanto, la disyuntiva actual es, o promover un modelo basado en los agronegocios, los agrocombustibles y en la pesca de gran escala, orientados todos a la exportación y para lucro de unas pocas trasnacionales, o bien impulsar la Agroecología –expresión cultural, política, económica, social, ambiental y técnico-productiva de la agricultura campesina, familiar e indígena– y la pesca artesanal, basados en la diversidad de sistemas productivos, relaciones de género justas y en la enorme riqueza de conocimientos y prácticas ancestrales acumuladas por generaciones que garantizan la producción de alimentos y el bienestar de los Pueblos y la Biodiversidad.

La tierra y los océanos y demás cuerpos de agua, además de ser medios de reproducción, son espacios y ambientes de vida, de culturas y emotividad, de identidad y espiritualidad. Por lo mismo, no son mercancías ni sumideros de carbono, sino componentes fundamentales para la vida, a los cuales se accede por derecho, de manera inalienable e imprescriptible. Los Estados deben entender que el no ejercicio de la Soberanía Alimentaria compromete gravemente su propia soberanía.

Creemos que la reforma del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA), resultado del proceso político organizado de los movimientos sociales que luchan por a Soberanía Alimentaria, permite que tengamos la posibilidad de hacer escuchar nuestra voz en la toma de decisiones. Es sin duda un paso importante en la búsqueda por alcanzar un sistema coherente con los derechos de los Pueblos y de la Madre Tierra, la Soberanía Alimentaria y el Derecho a la Alimentación Adecuada.

Para ello, debemos fortalecer la participación de los compañeros y las compañeras representantes de campesinos, sin tierra, trabajadores rurales, pescadores artesanales, Pueblos Originarios, afrodescendientes y demás productores de alimentos a pequeña escala, en el Mecanismo de la Sociedad Civil (MSC), en la incidencia y presión a nuestros gobiernos para implementar los acuerdos tomados por el CSA y dar cumplimiento a nuestras demandas y propuestas, implementando políticas nacionales y regionales de Soberanía Alimentaria.

Señalamos como uno de los primeros resultados de este avance el proceso de las Directrices Voluntarias de la FAO relativas a la Tenencia de la Tierra, las Pesquerías y los Bosques en el Contexto de la Seguridad Alimentaria Nacional. Después de un proceso participativo de cerca de tres años, el pasado viernes 9 de marzo de 2012 el CSA concluyó las negociaciones intergubernamentales sobre las Directrices, demostrando tener capacidad para convocar al debate a múltiples actores sociales y buscar soluciones a una de las problemáticas más delicadas de la actualidad. Más de 45 personas representando a 20 organizaciones de la Sociedad Civil de todas partes del mundo participaron en esta última ronda de negociaciones.

Las Directrices contribuirán al fortalecimiento de las organizaciones en su larga lucha por asegurar el uso y control de los Bienes Naturales, con el fin de producir alimentos sanos, contribuyendo así a erradicar el hambre en el mundo y sus causas profundas. Asegurar el acceso a la tierra, las pesquerías y los bosques es crucial para permitir a los productores de pequeña escala alimentar al mundo, pero también es cuestión de dignidad, y de vida o muerte, para millones de comunidades de campesinas, de pastores, de Pueblos Indígenas, de pescadores, afrodescendientes y de Pueblos del Manglar.

Sin embargo, manifestamos nuestro desacuerdo con las conclusiones del reporte final “Dinámicas en el mercado de la tierra en América Latina y el Caribe” que, elaborado por la FAO-ALC, plantea que “el fenómeno del Land Grabbing [acaparamiento de tierras] se encuentra en sus fases iniciales y restringidas sólo a dos grandes países: Argentina y Brasil”. Estas conclusiones surgen de aplicar los criterios de acaparamiento en un sentido muy limitado: adquisición de grandes extensiones destinadas a la producción de alimentos, en la que dentro de los agentes/actores que intervienen hay por lo menos un Gobierno extranjero. Además, dicho documento propone como orientador del debate al documento titulado “Informe del Panel de Expertos de Alto Nivel del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) sobre Tenencia de la Tierra y las Inversiones Internacionales en la Agricultura” de Julio de 2011, que pasa de la simple denuncia del “acaparamiento de tierras” y reconoce potencialidades en las inversiones extranjeras en tierras.

Si bien los documentos incluidos en el reporte de la FAO-ALC muestran un panorama gravísimo sobre la situación de la tierra en América Latina y El Caribe y el proceso de extranjerización y acaparamiento que está ocurriendo tanto para la producción de alimentos básicos, como de agrocombustibles, producción forestal, turismo, minería o la conservación, entendemos que estas conclusiones son sumamente peligrosas, ya que ocultan y desdibujan –detrás de una supuesta rigurosidad científica y de utilización de términos– un problema de dimensiones espectaculares a nivel de superficies acaparadas, impactos en las economías locales y sobre la vida de millones de campesinos, afrodescendientes, Pueblos Originarios, agricultores familiares y pescadores.

Desde las organizaciones y movimientos sociales que luchamos contra el acaparamiento de tierras en todo el mundo demandamos que la FAO-ALC replantee urgentemente esta posición, escuchando las voces de los pueblos y sus reclamos, y acompasando su accionar con el proceso implementado por la FAO a nivel internacional. Lo fundamental no es encontrar la definición adecuada al “acaparamiento de tierras” sino poner fin de manera urgente a un proceso que está expulsando a los pueblos de sus territorios cada día.

En ese sentido, también rechazamos la definición de “Bosques” establecida por la FAO, ya que fomenta el acaparamiento de tierras para establecer grandes extensiones de monocultivos. Al permitir que éstos sean definidos como “bosques”, legitiman un monocultivo en escala industrial, responsable por innumerables impactos negativos, incluyendo la expulsión de comunidades campesinas e indígenas.

FUENTE  http://www.coprofam.org

jueves, 5 de abril de 2012

LA AGROECOLOGIA ES NUESTRO DESAFIO

Miguel Altieri (SOCLA) |  


"Agroecología: único camino viable ante desafíos agrícolas"

Así lo afirmó el chileno Miguel Ángel Altieri, presidente de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología (Socla), en su visita a la UN en Palmira (Colombia).
La falta de conocimiento sobre la agroecología está permitiendo una problemática social y política ocasionada por quienes no desean aplicarla como un modelo de desarrollo de la agricultura moderna Durante su conferencia “Los nuevos desafíos de la agricultura en el siglo XXI”, este profesor de la Universidad de California, en Berkeley, indicó que la agroecología, entendida como la ciencia que integra el conocimiento moderno con el saber campesino e indígena, “es el único camino viable para enfrentar los desafíos de la agricultura de este siglo”.
El presidente de la Socla afirmó que la agricultura convencional, que predomina en muchos cultivos, se desarrolló con base en premisas que ya no existen.
“Anteriormente, se pensaba que la energía era lo más barato, ya no lo es; se creía que el clima no variaba, y ahora vemos los cambios climáticos intensos. Por esta razón, debemos crear una agricultura que sea resistente, biodiversa y de bajo impacto ambiental. Y la agroecología es la ciencia que enfrenta estos cambios”, sostuvo Altieri.
En su conferencia, el chileno resaltó que la falta de conocimiento sobre la agroecología está permitiendo una problemática social y política ocasionada por quienes no desean aplicarla como un modelo de desarrollo de la agricultura moderna.
“Hay falta de conocimiento sobre la agroecología. Muchos no saben que los campesinos están produciendo el 50% de los alimentos que consumimos y, en ese sentido, que si se aplicara la agroecología se podrían alimentar a los cerca de 9 mil millones de personas que hay en el mundo”, indicó el experto.
Según el profesor, en un estudio reciente de la FAO, se calcula que un norteamericano desecha cerca de 80 kilogramos de comida por año, lo que es un “despilfarro, es decir, así como hay mil millones de personas hambrientas en el mundo, hay también mil millones de personas obesas”.
En cuanto a los desafíos frente a los TLC, el Ph. D. en Agroecología dice que el Gobierno debe apoyar a los campesinos y brindarles todas las garantías para que no claudiquen.
“Es una ilusión pensar que los campesinos van a tener chance en un escenario de libre comercio. Por ello, deben establecerse políticas que los apoyen y protejan ante los efectos negativos de los TLC; que es el caso específico de Brasil, que tiene políticas claras de protección de la agricultura familiar (que son 4,9 millones de personas)”, dijo Altieri.
El profesor de Berkeley afirmó que son cuatro los aspectos fundamentales que deben tenerse en cuenta para enfrentar los desafíos de la agricultura moderna con la agroecología.
“La educación, entendida como la preparación de técnicos agrónomos que sepan qué es y cómo se aplica la agroecología; la investigación, que produce el nuevo conocimiento; la implementación de políticas agrarias que apoyen a los campesinos con mercados y extensión a agroecológica; y los movimientos sociales, que han tomado la agroecología como su bandera. Estos son los cuatro conceptos para enfrentar los nuevos desafíos de la agricultura”, concluyó el experto.
Este evento fue organizado por el Grupo de Investigación en Agroecología (GIA) de la UN en Palmira y reunió a más de 150 personas.
Fuente: Agencia de Noticias Universidad Nacional

http://www.maela-agroecologia.org