martes, 25 de septiembre de 2012

Orgánico versus transgénico: peligrosidad para la salud humana de manipulación alimentaria


Caen, Francia- Un estudio francés que asegura que las ratas alimentadas con maíz transgénico sufren cáncer y mueren antes, apoyado con fotografías de tumores grandes como pelotas de ping-pong, relanzó la polémica sobre estos organismos genéticamente modificados. El debate y una réplica que no se funda en investigaciones similares para rechazar las acusaciones, en la Edición N° 146 del Semanario .





"Por primera vez en el mundo, un transgénico y un pesticida han sido estudiados por su impacto en la salud a más largo plazo de lo que habían hecho hasta ahora las agencias sanitarias, los gobiernos y la industria. Los resultados son alarmantes", aseguró Gilles-Eric Seralini, profesor de la Universidad de Caen y director del estudio. 

Un grupo de universitarios de esta ciudad del noroeste de Francia alimentaron durante dos años a doscientas ratas de tres maneras distintas: únicamente con maíz transgénico NK603, con maíz transgénico NK603 tratado con Roundup (el herbicida más utilizado del mundo) y con maíz no modificado genéticamente tratado con Roundup. 

Ambos productos (el maíz NK603 y el herbicida) son propiedad del grupo estadounidense Monsanto. Durante el estudio el maíz formaba parte de una dieta equilibrada, en proporciones equivalentes al régimen alimenticio en Estados Unidos. "Los resultados revelan una mortalidad mucho más rápida e importante durante el consumo de los dos productos", indicó Seralini, un investigador que forma o formó parte de comisiones oficiales sobre los transgénicos en 30 países distintos. 

"La primera rata macho alimentada con transgénicos muere un año antes que la rata indicador (es decir, que no se alimenta con transgénicos). La primera rata hembra ocho meses antes. En el 17º mes se observan cinco veces más machos muertos alimentados con 11% de maíz (transgénico)", dijo Serlini, que firmó otro estudios sobre el tema pero a partir de datos de sólo 90 días, proporcionados por la industria. 

Tumores como pelotas de ping-pong

Los tumores aparecen en los machos hasta 600 días antes que en las ratas indicador (en la piel y los riñones). En el caso de las hembras (tumores en las glándulas mamarias) aparecen una media de 94 días antes en las hembras alimentadas con transgénicos, indica el informe. Los investigadores descubrieron también que el 93% de los tumores de las hembras son mamarios mientras que la mayoría de machos murieron por problemas hepáticos o renales. 

El artículo de "Food and Chemical Toxicology", del que la agencia France Presse (Afp) pudo obtener una copia, muestra además imágenes de ratas hembra con tumores más grandes que pelotas de ping-pong. "Con una pequeña dosis de Roundup, que corresponde a la cantidad que se puede encontrar en Bretaña (norte de Francia) durante la época en que se esparce este producto, se observan 2,5 veces más tumores mamarios" que normalmente, explica Seralini. 

El director del estudio explicó que los transgénicos agrícolas son organismos modificados para resistir a los pesticidas o para producirlos y recordó que el 100% de transgénicos cultivados a gran escala en 2011 fueron plantas con pesticidas. También es la primera vez, según Seralini, que el pesticida Roundup ha sido analizado a largo plazo. Hasta ahora sólo su principio activo (sin sus coadyuvantes) había sido analizado durante más de seis meses. "Son los mejores tests que se pueden llevar a cabo antes las pruebas en humanos", explica el científico. 

El estudio ya provocó las primeras reacciones y Stephane Le Foll, el ministro de Agricultura francés, uno de los países que lucha dentro de Europa para evitar el cultivo de transgénicos, pidió medidas de homologación de estos productos "muchas más estrictas" en la Unión Europea. 

En Bruselas, el eurodiputado francés Jose Bové, de Los Verdes, una de las figuras emblemáticas de la lucha contra los transgénicos, pidió la suspensión "inmediata" de las autorizaciones de cultivo de estos productos. Por su parte la Comisión Europea anunció haber pedido a su agencia responsable de la seguridad de los alimentos que examine los resultados del estudio para "sacar conclusiones" El estudio, que costó tres millones de euros, fue financiado por la fundación CERES, que tiene fondos de unas cincuenta empresas que no producen OMG, y por la fundación Charles Leopold Meyer par el Progreso de la Humanidad.

Fuente: AFP-NA

La industria contrataca con descalificaciones pero no contrapone certezas



Al mejor estilo de la prensa sesgada que recurre a la descalificación personal y a colectivos indefinidos como “comunidad científica”, la industria monopólica cuestionada hace tiempo por las naciones productoras de alimentos salió a desdecir a los investigadores. Pero no aporta, a su vez, una investigación científica que refute las conclusiones del estudio francés. 

Un polémico estudio que ha caído como una bomba en periódicos de todo el mundo muestra una alarmante toxicidad en ratas alimentadas con maíz transgénico. Los autores del trabajo, que la comunidad científica ha recibido con un escepticismo que contrasta con el entusiasmo de algunos medios de comunicación, han detectado una elevadísima mortalidad, del 50% en machos y del 70% en hembras, sobre todo por cáncer, en los roedores alimentados en mayor o menor medida con un maíz transgénico de la empresa estadounidense Monsanto a lo largo de dos años.

El trabajo también considera los efectos del glifosato, un herbicida muy usado porque mata a las malas hierbas y respeta estos cultivos, cuyos genes son modificados precisamente para resistir este producto químico. El estudio va acompañado por explícitas fotografías de ratas con tumores como pelotas de ping-pong.

Las conclusiones serían devastadoras para la industria de los transgénicos si se confirmaran. Y muchos expertos dudan de que esto ocurra. Las sombras comienzan en el principal autor del estudio: Gilles-Eric Seralini, profesor de biología molecular en la Universidad de Caen (Francia) y activista antitransgénicos. “Los resultados son rarísimos. Es la manera de Seralini de salir en la prensa. Después no se confirmarán los resultados, pero ya le habrán invitado a dar charlas en muchos sitios”, critica el presidente del Comité de Ética del CSIC, Pere Puigdomènech.



La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria prepara una respuesta al estudio


Este experto español se encuentra en Amsterdam precisamente para acudir a una reunión del panel de expertos en transgénicos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), del que es miembro. “El maíz que han estudiado no se cultiva en Europa, pero sí en Estados Unidos, donde ha sido consumido por animales de granja y por la población sin que se haya observado ningún efecto”, señala. Es el maíz NK603 de Monsanto, cultivado de manera experimental en España.

Ruido mediático


“Seralini ha publicado varios artículos con gran ruido mediático en el pasado y luego se ha demostrado que sus resultados no permitían deducir sus conclusiones”, explica Josep María Casacuberta, miembro hasta junio del panel de transgénicos de la EFSA. 

En esta ocasión, Seralini envió a varios medios de comunicación franceses su estudio, publicado hoy en la revista Food and Chemical Toxicology, junto a un acuerdo de confidencialidad que los periodistas debían firmar y expiraba a mediodía del 19 de septiembre, según ha revelado el diario Le Monde. El rotativo francés pedía disculpas a sus lectores por no haber podido someter el estudio al escrutinio de otros científicos debido a esta cláusula de confidencialidad.

«Después no se confirmarán los resultados, pero al autor ya le habrán invitado a dar charlas en muchos sitios»

Casacuberta también recalca que “no merece mucha confianza quien, como Seralini, se presenta como experto de la EFSA, cuando nunca lo ha sido”. El francés, recuerda Casacuberta, aparecía en 2009 como especialista de la Comisión Europea en una entrevista en el diario español La Vanguardia en la que ya relacionaba los transgénicos con el cáncer.

“Los antecedentes invitan a pensar que este estudio es un conjunto de medias verdades presentadas de forma abusiva, para obtener bombo mediático, y cuyos resultados no serán consistentes. No obstante, mi opinión sin más no vale para nada cuando hablamos de la salud pública. Hay que ser muy cautos y analizar los datos de Seralini a fondo”, diagnostica Casacuberta, científico del CSIC en el Centro de Investigación en Agrigenómica. Los expertos de la EFSA analizan ya los datos de Seralini en detalle y preparan una respuesta argumentada, según ha podido saber Materia.

Casacuberta destaca que, si bien este estudio, elaborado con 200 ratas, ha detectado una mortalidad de entre el 50% y el 70% entre los roedores alimentados con el maíz de Monsanto, entre las ratas control, que no comieron transgénicos ni bebieron herbicida, la mortalidad fue de entre el 20% y el 30%. “Son datos que no tienen mucho sentido”, opina (¿?).

Fuente: esmateria.com 

fuente completa http://www.noticiasdel6.com

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