miércoles, 22 de febrero de 2012

BRASIL POR FIN UN TRIUNFO PARA LOS GUARANIES

Brasil: los guaraníes logran una victoria frente a los terratenientes

“Esto que ves aquí es mi vida, mi alma. Si me separas de esta tierra, me quitas la vida”. Unas palabras que parecían presagiar el dramático destino de quien las pronunció, el líder guaraní Marcos Veron. En 2003 lo apalearon hasta matarlo.
Nísio Gomes, un chamán guaraní asesinado por los pistoleros. © Survival
En el estado brasileño de Mato Grosso do Sul reina la ley del más fuerte. Los poderosos ganaderos que controlan la economía (y con ella la política) local tienen un ejército de matones a sueldo que se dedican a amenazar, acosar y asesinar a los líderes guaraníes que deciden enfrentarse a la opresión y guiar sus comunidades en la recuperación pacífica de parte de sus tierras ancestrales, las llamadas “retomadas”. Nísio Gomes se convertía en la última víctima mortal de esta barbarie el pasado mes de noviembre.
Más de 500 años de expolio continuado han llevado a los guaraníes, el pueblo indígena más numeroso de Brasil, a una vida miserable en reservas masificadas o en campamentos improvisados que levantan junto a las cunetas de las carreteras. Los guaraníes ya no pueden seguir buscando su “tierra sin mal”, el paraíso terrenal donde no existe el sufrimiento; un concepto básico de su sistema de creencias que en gran medida da sentido a su vida. Las haciendas de ganado lo invaden todo, y parcelan su tekohá, el territorio que un día fue su hogar, en pedazos irreconocibles de inmensas extensiones deforestadas. Este desarraigo ha provocado, entre otras cosas, unas demoledoras cifras de suicidios entre los guaraníes.
“Cuando llegamos a nuestra tekohá, estábamos muy contentos. Comenzamos a construir algunos refugios para poder empezar a vivir en nuestra tierra de nuevo”, explicaba en 2009 a Survival el jefe guaraní Genivaldo Vera tras reocupar con su comunidad una parcela en sus antiguas tierras. La represalia de los ganaderos no se hizo esperar: Genivaldo fue encontrado sin vida poco después de la reocupación.
Y, sin embargo, este pueblo valiente no se rinde. Ni la miseria, ni la violencia ni la actitud de un Gobierno que hace oídos sordos a sus gritos de socorro y que demora sin fin su obligación de demarcar sus territorios han conseguido acabar con su determinación de recuperar lo que es suyo por derecho. Y finalmente parece que está dando sus frutos.
Survival International lleva muchos años denunciando la dramática situación de los guaraníes, y por fin la semana pasada atisbamos dos rayos de luz para iluminar tanta oscuridad. Primero se hizo público que seis personas serán juzgadas por el asesinato de dos guaraníes, en lo que algunos expertos en Brasil ya han calificado de “hito legal”. Pocos días después celebramos la decisión de un grupo de jueces de no expulsar a una comunidad guaraní del terreno que habían reocupado dentro de su territorio ancestral.
Ahora le toca mover ficha al Gobierno de Dilma Rousseff. Ya va siendo hora de que Brasil, una potencia emergente de primer orden en lo económico, se ponga a la altura de las expectativas en materia de derechos humanos y tome las medidas necesarias para proteger al pueblo guaraní.

FUENTE http://www.otromundoesposible.net/

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